El desarrollo de un sistema es un proceso complejo que consta de distintas etapas hasta que el producto está listo para salir al mercado. Aún así, una vez lanzado, hay que mantener un estricto control de sus funciones y trabajar en el mantenimiento para mejorarlo y hacerlo cada vez más atractivo. Es por eso que, para facilitar esta tarea, los ingenieros del software crearon estrategias como el refactoring de código.
Esta técnica no solo es necesaria, sino que primordial para crear aplicaciones escalables y eficientes que contribuyan a brindar un servicio competitivo.
¿Qué es el refactoring de código y para qué sirve?
Para entenderlo, imaginemos la construcción de una casa en la que trabaja un grupo amplio de personas. Los colaboradores levantarán los cimientos, las paredes, y abrirán los huecos para colocar las ventanas. Al terminar quedarán una serie de escombros, basura y restos de la labor que, claramente, dificultarán la revisión y habitabilidad del edificio. Por eso será necesario un equipo de limpieza encargado de eliminar los elementos acumulados.
El refactoring de código trata exactamente de eso, o sea, de ordenar el software, reducir las líneas redundantes o demasiado extensas para hacerlo más comprensible y ahorrar esfuerzos innecesarios en el proceso de mantenimiento.
Es una técnica de ingeniería de sistemas que tiene como objetivo principal remodelar el código sin intervenir en su funcionamiento. Es decir, debe volverlo más amigable a la lectura de los desarrolladores pero no modificar ninguna de sus características externas.
Según el ingeniero estadounidense RS Arnold, el refactoreo implica realizar retoques en el código fuente para facilitar su compresión y prever problemas cuando se apliquen futuros cambios. Además contribuye a simplificar el testing y auditorías.
Algo huele mal en el código, ¿cómo resolverlo?
Como consecuencia de la acumulación de líneas, el texto se llenará de elementos defectuosos o zonas confusas y mezcladas. A estos componentes se los denomina code smells -literalmente “mal olor en el código”- y códigos espaguetis -por su estructura compleja e incomprensible-.
Para arreglarlo, el desarrollador puede aplicar distintas técnicas de refactoreo:
Enfocarse en la longitud del código
La primera opción implica simplemente trabajar con la composición para reducir su extensión, eliminar elementos innecesarios y ordenar el espagueti. En este método, se pueden agrupar líneas, simplificar composiciones o reemplazar algoritmos.
Organización de los datos
Con esta técnica se pueden ordenar los archivos, los accesos directos y la forma de acceder a ellos. En ocasiones, existen datos en nuestro código que están expuestos y deberían ocultarse; aquí el desarrollador deberá encapsular información importante e incluso modificar los valores de referencia.
Distribución de modalidades entre clases
Se trata de mover los atributos entre distintas categorías utilizando varias técnicas como: Move Method, Hide Delegate, Introduce Foreign Method, Remove Middle Man, Inline Class, Introduce Local Extension, Extract Class y Move Field.
¿Cuáles ventajas de un refactoring de código?
Mantener un código ordenado alivia considerablemente el esfuerzo que se requiere en la fase de mantenimiento del sistema. Por eso, es clave aplicar un refactoreo para que los programadores puedan trabajar más cómodamente.
Ahora bien, ¿en qué otros aspectos beneficia el refactoring al mantenimiento del software? Te lo contamos a continuación: